Día 24: Cavernas y Capillas de Mármol – Puerto Sánchez

« de 2 »

Nos levantamos temprano para llegar a las 9:00 a Puerto Sánchez. Se suponía que tardaríamos unos 45 minutos, pero Tania Fittipaldi hizo el milagro y llegamos en 40 con varias paradas incluidas para sacar fotos a un arcoiris y a las vistas de los lagos. Tremendo el camino: solo ripio, vas 30% del tiempo al borde del precipicio donde solo cabe un auto. Por suerte ni nos cruzamos con nadie ni venía nadie detrás.

Esta es una de las excursiones que jamás habríamos hecho de no ser por la recomendación de personas que viven en la zona, en este caso, la Carlita y una amiga suya, que le dieron el dato a Tania.

Resulta que las famosas capillas/catedrales de mármol de Puerto Río Tranquilo no son las únicas de la zona: en el pueblo (o caserío, según nos explicaron luego) de Puerto Sánchez, hay otras cavernas más extensas que las de Tranquilo, pero completamente desconocidas para los forasteros. Nos dieron el dato de la agencia Cirviolet y reservamos con ellos el tour Full Premium, que incluía visitas a las cavernas de Puerto Tranquilo, explicación de la historia de la localidad, visita a la capilla y catedral de mármol de Puerto Tranquilo y luego una caminata por las cavernas de Puerto Sánchez. 3 horas en total por $37.000 por cabeza. ¡Súper mega ultra recomendable! En perspectiva ahora pienso que el tour que hicimos en 2014 en Puerto Tranquilo fue una auténtica estafa: nos llevó un chiquillo en una lancha, no nos explicó nada, nos metió dentro de la caverna, estuvimos 10 minutos y nos fuimos. Creo que en ese tiempo pagamos $25.000 por cabeza.

Después del tour, volvimos a Bahía Murta a comer cordero: habíamos reservado el día anterior en un restaurante que resultó estar a la vuelta de la cabaña, literalmente a un minuto caminando. Llegamos al restaurante Tropero donde nos atendieron Miguel y Soledad. Qué espectáculo de cordero: maravilloso. Nos lo dieron con papas cocidas, lechuga de la huerta de un vecino, una botella de vino tino (la única forma saludable de comer cordero) y un postre de arroz con leche o babarois. Todo ello por $20.000 por cabeza. Más encima, conversamos harto rato con Sole y Miguel, súper buena gente. Como estábamos tan contentos, reservamos también para cenar esa misma noche con ellos, en este caso un salmón al vapor. ¡Pero qué salmón! de-li-cio-so. Al final nos quedamos un montón de rato conversando con ellos, y con Javi quedamos en volver una vez que retomemos la ruta desde Coyhaique.

Había que levantarse temprano para llegar a Puerto Tranquilo a las 8:00 así que nos fuimos al sobre relativamente temprano y felices por el día que tuvimos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *