Día 17: De Hornopirén a Puerto Montt, día kk

No podíamos tener toodos los días buenos.

Este trayecto no estaba en los planes, pero nos quedamos sin cupo en la barcaza que debía llevarnos de Hornopirén a Caleta Gonzalo y Chaitén (pensamos que como no estamos en temporada alta, bastaba con comprar los tickets un par de días antes. Craso error). Por suerte había una alternativa: tomar una barcaza privada (Naviera Austral) desde Puerto Montt hasta Chaitén que hace este trayecto de noche (23:00) y tarda 9 horas. Así que partimos de vuelta hacia el norte.

Siguiendo la recomendación de la dueña de la cabaña, no nos fuimos todo el camino por la ruta 7 y tomamos la carretera de la costa, para ver otros pueblos. Aquí comenzaron los problemas. Al principio sí que la vista es linda, veíamos la cordillera de fondo con unos volcanes nevados y de frente el mar, con botes de pesca y hasta juegos infantiles. Hasta que se acabó el pavimento y la vista comenzó a ser la misma. Y por mucho rato. Además, había obras en la ruta que hicieron que nos demoráramos todavía más. Al final, salimos de Hornopirén a las 11 de la mañana y llegamos a Puerto Montt a las 4:20 de la tarde. Con hambre y calor. Para almorzar, se me ocurrió ir a Angelmó a comer salmón ahumado (ya habíamos estado alli y teníamos buenos recuerdos). Pues, aparte del acoso al que te someten los vendedores, me comí el peor salmón ahumado de la historia de la humanidad. Una porquería. Luego salimos a ver unos lobos marinos y no pudimos quedarnos por el olor a mierda que había en el muelle. Después dejamos el auto en el puerto y nos fuimos a buscar un café. Nada cerca. Caminamos como una hora y llegamos a un mall. Qué feo es Puerto Montt, al menos en esta parte que da al mar: sucio, triste, pobre, hediondo. En fin, como dije al principio, no todos los días pueden ser buenos y hoy ha sido kk.